Érase una vez un reino muy, muy lejano donde un príncipe premió a un mago por ayudar a rescatar a una joven en apuros.

Encantador. Lástima que nada de esto sea verdad.

En realidad, el príncipe sueña con gloria y venganza; el mago, con que sus hechizos no sean siempre un desastre y la joven en apuros, con huir de un pasado que la atormenta... Y del recuerdo del hombre al que ha matado.

Érase una vez...

 Acabo de terminar Sueños de piedra hace escasamente unas horas. Y debo confesar que sigo sin saber qué hacer con mi vida. Prácticamente todas las reseñas y críticas hacia este libro son buenas, y no es para menos. Yo soy la primera en admitir que es lo mejor que he leído en mucho muchísimo tiempo.

Todo, desde la prosa de las autoras hasta la personalidad de los personajes, sin obviar las fantásticas ilustraciones que encabezan los capítulos, son maravillosas. Dotadas de un aura especial que te hace transportarte desde la primera palabra al país de Silfos.

La historia, bien hilada, nos lleva aun mundo en el que querer es poder, y soñar, aunque cueste, está a la orden del día. Dónde nuestras inseguridades y miedos son llevados al extremo, dónde no será fácil enfrentarte a ellos, pero siempre tendrás un hombro amigo en quién apoyarte.

Ahí está de nuevo. El tirón en el estómago. La mano al rededor de mi corazón, apretándolo. Empujándolo a ir más rápido. El instante en que me quedo sin aire. El mundo que se ralentiza mientras busco en su rostro. En sus ojos. En sus labios. 

Normalmente suelo decantarme por un personaje en concreto, esta vez no puedo. Se me hace imposible. Me he sentido reflejada tanto en Lynne como en Arthmael. Ambos con personalidades tan dispares, con pasados tan distintos (él, príncipe; ella, prostituta) ambos emprendiendo camino por razones muy distintas. Ella, mujer en un mundo de hombres, él, un niño mimado en el mundo real. Me he sentido identificada con las inseguridades de Lynne y con las ganas de Arthmael por querer hacer grandes cosas en un futuro. Me ha gustado que siendo diferentes, teniendo defectos, se complementen a la perfección. Porque a pesar de lo que pueda parecer, no es algo sencillo. Es complicado que dos personajes tengan la química que derrochan Arthmael y Lynne desde el primer momento que se encuentran.

-Puede que estés confundido. -sugiero, en voz baja. No estoy segura de si quiero que me confirme que es eso exactamente lo que le pasa o que lo niegue con rotundidad-. ¿Por qué alguien me querría a mí? ¿Por qué ibas a hacerlo tú?

-¿Por qué no iba a hacerlo? - (...)- Eres diferente. Eres bonita, inteligente, divertida.-(...)- Y me vuelves loco, de todas las maneras posibles. Y... yo...- Otro titubeo y otro paso hacia mí. Contiene la respiración, pero parece solemne. - Sé que no te quieres a ti misma, Lynne. Sé que te han hecho mucho daño y que... han metido en tu cabeza ideas que, simplemente, no son verdad. Y que no es fácil luchar contra ellas. Pero aunque tú no te quieras a ti misma, yo... yo podría hacerlo por los do, hasta que aprendas. 

Otra que me ha gustado: No hay tabúes. Como el sexo, como el maltrato. Como el miedo. Las autoras lo hacen tan natural, pero sin caer (como se ha vuelto costumbre últimamente en el género romántico) en la idealización de ésto. O yo por lo menos, he visto las más de quinientas páginas del libro como críticas al machismo y al sexismo. Bajo el temperamento de Lynne, bajo los conocimientos de Arthmael y la inocencia de Hazan.

-Esa noche, él mismo se encargó de enseñarme cuál sería mi trabajo a partir de entonces. Y también se encargó de que dejase de ser una niña.

Estos personajes tienen medio y se enfrentan a ellos página tras página, llegando a jugar con su propia cordura. Dentro de lo fantásticos, las autoras los vuelven reales. Los vuelven personas.

Creo que estoy cerca de caer en el temible mundo de los spoilers. Pero creo que mi opinión está clara. Es un libro que recomiendo, y que quizás, a muchos, les reconcilie con el género juvenil (más adelante os hablaré de ello).
Es especial, tanto la historia como sus personajes, todo en conjunto. Ríes, lloras, disfrutas... Sueñas. Y a veces, se nos olvida que la lectura es, entre otras muchas cosas eso...

SOÑAR